Muchos consideran mi familia como un sueño dorado de núcleo familiar, pero no es porque sea ideal, impecable, o cumpla con doctrinas científicas y consejos de revistas glamourosas, sino porque en mi familia reina el amor, respeto, apoyo mútuo y libertad. Bueno, a decir verdad, el glamour del sueño hecho realidad sí que existe en nuestra familia: el mar, el sol, la felicidad y ninguna rutina diaria. Y como pensar en que hace unos años no podíamos imaginar que nos mudáramos de San Petersburgo a República Dominicana. Mi historia es de cómo dejar de hacer lo que no te gusta y empezar a vivir tu vida sin complicarla. También es de cómo una manager de un banco de la capital norteña de Rusia se hizo Dominicanamama para cuidar la salud y felicidad no solo de su propia familia, sino de todos los pequeños habitantes y sus padres en la soleada isla que se ha convertido en su casa.
LOS NIÑOS VEN EL MUNDO DE MANERA DIFERENTE, LOS NIÑOS CAMBIAN NUESTRA VIDA, ELLOS SON SOÑADORES QUE AL CRECER CAMBIAN ESTE MUNDO PARA MEJOR.